La presencia de Emma Alcalá en el Archivo de Artistas Mujeres de Cataluña supone un paso más en la visibilización de una trayectoria que, desde hace años, dialoga con el territorio, la memoria y la justicia social. Su incorporación no solo reconoce la solidez de su obra, sino también su papel dentro de una generación de creadoras que entiende el arte como un vehículo para activar diálogo y conciencia. Con una estética íntimamente ligada a la tierra, a los procesos naturales y a la fragilidad de lo humano, el trabajo de Alcalá se ha consolidado como una propuesta profundamente sensible y, al mismo tiempo, conceptualmente firme. Su lenguaje artístico combina simbolismos arraigados en la tradición mediterránea con una lectura contemporánea del cuerpo, de la identidad y de los vínculos que nos sostienen. El archivo, que reúne perfiles de mujeres artistas vinculadas a Cataluña, destaca la pluralidad de voces que han marcado —y siguen marcando— el pulso artístico del territorio. La incorporación de Emma Alcalá amplía esta cartografía creativa con una obra que abraza la transformación, el paso del tiempo y la relación emocional entre las personas y su entorno. Para quienes siguen su trayectoria, este reconocimiento no sorprende: Emma Alcalá ha cultivado una identidad artística coherente, honesta y profundamente humana. Cada serie y cada exposición funcionan como capítulos de una misma investigación poética, donde la materia se convierte en memoria y la memoria en gesto. Su entrada en el archivo es, en definitiva, una invitación a revisitar su obra desde una perspectiva histórica y contemporánea a la vez, y a situarla en el lugar que merece dentro del tejido cultural catalán.
